Monterrey, México / 2 de enero de 2015.
Fuente: Notimex
Pese a la llovizna, la concentración de lodo y el frío que azotó en el lugar, las 40 mil personas asistentes, según cifras oficiales, demostraron a "El Sol" su fidelidad y cariño entregándosele de manera incondicional y de principio a fin, durante las más de dos horas de concierto.
Como parte de su "tour" 2015 "Déja Vu" y de la fiesta de Año Nuevo de Nuevo León, el artista de 44 años presentó un repertorio conformado por 50 temas, en su mayoría popurrís. El detalle fascinó a sus fans que desde hace más de tres décadas siguen su trayectoria, pues nunca había interpretado tanto ni con tantos clásicos.
Aunque dirigió escasas palabras a la audiencia, Luis Miguel mostró empatía con los regiomontanos. A diferencia de otras ocasiones, en que incluso se le ve molesto por las constantes fallas en el sonido, esta vez no discutió con su "staff" de producción y se le vio sonriente, alegre, coqueto, bailador y cariñoso.
Esto último sobre todo hacia su primogénita Michelle Salas, a quien besó durante el concierto, aunque la joven permaneció tras bambalinas observando a su padre.
A las 21:55 horas el ídolo internacional inició su presentación luego de una introducción de imágenes al estilo "James Bond". El primer corte que interpretó fue el éxito internacional de Pablo Beltrán Ruiz y Luis Demetrio, titulado ¿Quién será?, nuevo en su lista de melodías.
Después compartió Tú, sólo tú, Dame tu amor, "Suave y Amor, amor, amor. Luciendo impecable traje oscuro, camisa blanca y corbata, el ídolo de la música también deleitó con Que tú te vas y después expresó:
"Vamos a calentar un poco el ambiente con estos boleros para terminar el año, arriba". Así, cantó el primer medley de la noche compuesto por Todo y nada, Sabor a mí, "Sin ti", Por debajo de la mesa, La gloria eres tú y Bésame mucho.
Acompañado de nueve músicos y de la sensual corista argentina Paula Peralta, "Luismi", como también le llaman, se paseaba galante de un lado a otro del escenario para reconocer a sus seguidores.
Luis Miguel demostró que no obstante el tiempo transcurrido, la calidad de su voz sigue intacta, pues no sólo alcanzó a la perfección los tonos más altos, sino que se dio el lujo de resaltar la potencia de su timbre cuando separaba el micrófono de su boca.
Pese a la llovizna con el viento a su dirección y la baja temperatura que incluso hizo notar cuando vaciló fumar un cigarrillo para exhalar el frío halo de su boca, el cantante no perdió los ánimos y emocionó también con Yo que no vivo sin ti, Culpable o no.
"Gracias, buenas noches Monterrey, ¡feliz año!", expresó después de la medianoche y en señal de adiós, abandonó el escenario ante un público satisfecho.
¡Mira su video de "La media vuelta"